El Museo Convento San Francisco y Catacumbas es un patrimonio histórico de la Provincia Franciscana de los XII Apóstoles. Este tesoro es ofrecido al mundo entero a través de sus visitantes, quienes se llevan en los ojos y en el corazón el esplendor del museo.
La Orden de los Hermanos Menores, fundada por San Francisco de Asís, es una Fraternidad. Los Hermanos, llevando a una mayor plenitud la consagración bautismal y respondiendo a la llamada divina, se entregan totalmente a Dios sumamente amado, mediante la profesión de obediencia, pobreza y castidad, que han de vivir según el espíritu de san Francisco.
En las fraternidades, parroquias, santuarios y colegios, construimos y alimentamos un clima fraterno basado en vivir cotidianamente el Evangelio, la oración y contemplación en el servicio misionero en la iglesia y en el mundo.
San Francisco enseñó acerca del extraordinario amor de Dios aún por la más pequeña de sus criaturas, y habló de la maravillosa humildad de
Dios que eligió nacer en la pobreza en Belén y que cada día se humilla para estar verdaderamente presente bajo la apariencia de un pedazo de pan en el altar. En 1209, el primer grupo de frailes fue a pie de Asís a Roma y, en un extraordinario ejemplo de la obra del Espíritu Santo, el grupo de escuálidos hermanos fue recibido por el Papa Inocencio III, quien aprobó su modo de vida.
El número de frailes y hermanas aumentó rápidamente, extendiéndose desde la pequeña iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles, la Porciúncula, y ya en el período de vida de San Francisco, los frailes se habían establecido en toda Europa. Durante esos primeros días, los primeros mártires de la Orden fueron asesinados en Marruecos, y Francisco se alegró de tener hermanos que habían dado su vida por Cristo. Francisco mismo fue a Tierra Santa durante las Cruzadas, donde tuvo el respetuoso encuentro con Sultán y a quien le habló sobre asuntos espirituales.
Posteriormente, Francisco recibió los Estigmas en el Monte Alvernia, signos externos de su vida de intensa oración y devoción a la Pasión del Señor y confirmación de su seguimiento en las huellas de Cristo. A pesar de graves enfermedades, aún cantaba el Cántico del Hermano Sol en la alabanza de Dios y de la Creación, hasta cuando la Hermana Muerte vino a visitarlo en 1226.
La formación franciscana tiene su fundamento en el encuentro personal con el Señor y se inicia con la llamada de Dios y la decisión de cada uno de seguir con san Francisco las huellas de Cristo pobre y crucificado, como discípulo suyo, bajo la acción del Espíritu Santo.
“Si algunos quisieran abrazar esta vida y vinieran a nuestros hermanos, envíenlos éstos a sus ministros provinciales, a los cuales solamente, y no a otros, se conceda la autorización de recibir hermanos”. (Rb II)
Image Sources: RobertCheaib, Vocaciones franciscanas.